«La singularidad de mi trabajo se debe a un fenómeno personal que comenzó como un problema y acabó por ser la vocación de mi vida: Desde que tengo uso de razón, sobrellevo una sensibilidad intensa para percibir sensaciones del entorno: Cuando entro en un espacio siento el impacto sutil de su naturaleza, si bien al principio me asustaba, con el tiempo he aprendido a manejarlo de forma creativa y positiva aplicándolo en el desarrollo de mi trabajo. Con la madurez me di cuenta de que esas capacidades eran una fuente de información extraordinaria para la comprensión del espacio como parte del aprendizaje del ser humano, por lo que decidí dedicarme a ello.»