Combinamos todos los aspectos vitales de cada persona y espacio con los que creamos el entorno apropiado para su armonía mental, emocional y física. Entendemos la casa como un ecosistema dinámico y armónico.
Tener consciencia plena de lo que nos rodea nos conduce a un nuevo planteamiento de vida, nuevos valores y renovadas energías que nos ayudan a comprender y mejorar nuestro entorno y por ende, nuestra salud y nuestra calidad de vida. El primer paso hacia esta renovación vital es la concepción holística de nuestra casa o lugar de trabajo: un concepto de interiorismo avanzado en el que antes de empezar a trabajar con lo que vemos -la funcionalidad y belleza del espacio- se estudia y analiza lo que no vemos –campos electro-magnéticos naturales y artificiales y cargas psico-emocionales- para poder intervenir en las posibles influencias negativas del espacio que pueden afectar a la salud física y emocional de las personas que lo habitan.
El interiorismo holístico se desarrolla desde un pre-interiorismo profundo:
¿Eres compartible con tu entorno? No hay 2 personas iguales y a cada uno le afectan de un modo diferente las energías y radiaciones que le rodean. Esto nos obliga a ser muy precisos en la labor de armonización de un espacio vital en el que van a vivir individuos diferentes.
Por eso lo primero que hacemos al inicio de un proyecto es realizar un análisis previo de cada uno de los futuros habitantes, lo que nos permite ceñirnos a un guión de trabajo a medida, para que todos estén en armonía con el entorno creado.
Crear un espacio propio en un entorno común.