La salud y el bienestar en la arquitectura se están convirtiendo en una revolución lógica y necesaria, puesto que si queremos vivir en un mundo mejor, debemos comenzar por vivir nuestro día a día en unas condiciones mejores.
Estados como el insomnio, el estrés, la ansiedad y la falta de energía o enfermedades como las alergias, los dolores de cabeza y de articulaciones e incluso infertilidad son problemas de la sociedad que van en aumento y que no sólo dependen de la forma de vida; también influye la energía que nos rodea, sobre todo en los espacios donde desarrollamos actividades “vitales” como dormir, comer, crear, relacionarnos, trabajar y descansar.
El conocimiento de su existencia y de cómo pueden afectar a nuestras vidas es esencial para vivir en armonía con el entorno.
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Caso real de influencias naturales.
“El 80% de la dosis anual de radiación de fondo que recibe una persona procede de fuentes de radiación naturales, terrestres y cósmicas” (OMS). El sistema inmune constituye la primera línea de defensa en un entorno hostil. Es innato y adaptativo pero tiene sus límites y puede alterarse o dañarse mediante disfunciones de origen natural.
Fenómenos como la existencia de una vía de agua insospechada bajo los cimientos de nuestra casa, pueden llegar a desencadenar enfermedades sin causa aparente, ya que su movimiento produce una radiación gamma que atraviesa cualquier materia.
Es el caso de la familia de Deborah: “Todos sufrimos síntomas en la piel y mi hijo mayor estaba constantemente enfermo, mi hijo menor nunca dormía una noche entera en su cama. Obviamente, no lo relacionábamos con los problemas que tenía la casa…”


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Somos seres Bioeléctricos y como tales, conductores de electricidad. A través de las membranas celulares y de los fluidos corporales intra y extracelulares existen corrientes iónicas, especialmente en las células nerviosas y musculares, a las cuales está asociado su campo magnético. Las radiaciones artificiales nos afectan directamente porque llegan hasta nuestras células. La célula es un resonador electromagnético capaz de recibir y emitir vibraciones de frecuencias elevadas, capacidad gracias a la cual, se generan los procesos metabólicos del organismo.

Si nuestro hogar está alterado nuestro cuerpo acabará acusándolo: Sin ir más lejos, si el campo magnético de un pequeño aparato enchufado en la habitación pasa cerca de la persona que está durmiendo, ésta podría despertarse con un ataque ciático; una situación real que le ocurrió a quien se convirtió en nuestro cliente, tras comprobar que dejaba de sufrir ciática por el sólo hecho de desenchufar un aparato eléctrico durante la noche.